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miércoles, 12 de noviembre de 2014

CONSEJO DE FEDAR

Hermana responsable de Congregaciones Dominicas

te esperamos el próximo sábado 
13 de diciembre 

luego del Consejo de Familia Dominicana, 
en la casa de nuestros hermanos dominicos de Aragón.

viernes, 12 de septiembre de 2014

2° CONGRESO FRATERNIDADES LAICALES DOMINICANAS Lima, PERÚ, 15-18 SEPTIEMBRE 2014

EL MUNDO, LUGAR DE PREDICACION DEL LAICO DOMINICO

Convocados por el lema “El mundo, lugar de predicación del Laico Dominico”, se reunirán en Lima, Perú, casi un centenar de miembros de la familia fundada por Santo Domingo de Guzmán, provenientes de diversos países de América Latina y El Caribe. Acompañados por algunos frailes y religiosas, los miembros de las Fraternidades Laicales y de otros grupos y asociaciones reflexionarán sobre las diferentes realidades que los interpelan y compartirán experiencias de misión.
La Orden de Predicadores se prepara para celebrar en el 2016 los ocho siglos de fecunda existencia, y dedica el presente año al laicado, haciendo memoria de la frase bíblica del Libro de Joel “Derramaré mi espíritu sobre toda la humanidad”.
A partir del Concilio Vaticano II la Iglesia enfatiza en la misión del laicado, y los obispos latinoamericanos, en sus periódicas reuniones, instan a una participación activa a todos los miembros del pueblo de Dios. Así, en Aparecida, Brasil, caracterizan a los laicos diciendo que son hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia”.
El programa del Congreso prevé espacios de reflexión sobre la realidad que se vive en cada país y región, para subrayar los caracteres comunes, analizar sus causas y proponer modos de responder a los desafíos. Cabe destacar que una de las prioridades de la Familia Dominicana está centrada en el tema “Justicia y Paz y Cuidado de la Creación”, que será abordado por los representantes de Brasil.  Entre los documentos que se analizarán está la Carta que el Maestro General de la Orden, Fray Bruno Cadoré, envió con motivo del año jubilar.

Las conclusiones de este Congreso iluminarán el camino a recorrer por los numerosos laicos que, comprometidos con la Orden de Predicadores, trabajan incansablemente en la construcción de un mundo mejor, acorde con los principios evangélicos.

domingo, 7 de septiembre de 2014

DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA (en Argentina)

Natividad de la Ssma. Virgen María, 2014

Queridas hermanas:
  
                          En este día de la vida consagrada, recordemos la invitación del Papa Francisco a alegrarnos. Cuántos motivos tenemos para hacerlo: la vocación, el amor de predilección, la alegría de llevar la consolación con la que nosotras somos consoladas por Él, la entrega que nos lleva a caminar cada día en fidelidad, en la búsqueda de la Verdad, la fraternidad, el ser miembros vivos de una familia de Santos, la familia de Domingo.
                               Esta alegría de sabernos amadas y elegidas, es la que nos mueve cada día al encuentro con el Señor en el  servicio, en la entrega, en la misión, en el estudio, en la contemplación.
                                                              Alegrémonos por este tiempo para celebrar juntas el Año de la vida Consagrada[1], por el encuentro fraterno que tendremos en agosto del próximo año, por prepararnos juntas para la celebración de los 800 años de nuestra Orden.
Alegrémonos también por la riqueza que es la vida fraterna en nuestras comunidades. En la carta “Alégrense” [2], nuestros hermanos nos recuerdan: “estamos llamados a llevar la sonrisa de Dios, y la fraternidad es el primer y más creíble evangelio que podemos narrar”, y con las palabras del Papa, nos enseñan cómo humanizar nuestras comunidades: «Cuidar la amistad entre vosotras, la vida de familia, el amor entre vosotras... Cuidar la vida de comunidad, porque cuando la vida de comunidad es así, de familia, es precisamente el Espíritu Santo quien está en medio de la comunidad. Estas dos cosas quería deciros: la contemplación siempre, siempre con Jesús —Jesús, Dios y Hombre—; y la vida de comunidad, siempre con un corazón grande. Dejando pasar, no vanagloriarse, soportar todo, sonreír desde del corazón. El signo de ello es la alegría».[3]
                                                           Alegrémonos hermanas, por ser hermanas, porque queremos caminar juntas, porque buscamos conocernos, compartir lo que somos y tenemos. Alegrémonos y demos gracias a Dios por el don de la vida, y de la vida consagrada; demos gracias por la presencia de cada congregación que en nuestro país va dejando las huellas de Domingo; por nuestras hermanas que han dado su vida en este suelo y han sido signos del Amor y la Misericordia de Dios; demos gracias también por todas las hermanas que día a día, caminamos con fe llevando el consuelo, con gestos de compasión y por nuestras Monjas que en sus monasterios sostienen nuestra misión y predicación; demos gracias por los frailes y los laicos con quienes compartimos el carisma; demos gracias también por las vocaciones con que bendice el Señor a nuestra Orden y por la obra que su Espíritu hace en nosotras.

                                                           Hermanas, cantemos juntas nuestro Magníficat, alabemos, bendigamos, prediquemos lo que cada día contemplamos y recemos  a una voz:

Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,

de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros. Amén. Aleluya
.[4]
Equipo de animación FEDAR
Hnas. Cristina, Lorena y Rosana



[1] Octubre 2014 – noviembre 2015
[2] CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA. «ALEGRAOS...». Palabras del Magisterio del Papa Francisco. 02/02/2014. La ternura nos hace bien.
[3] Francisco, Para una clausura de gran humanidad, recomendaciones a las clarisas en la basílica de Santa Clara, [Palabras a las Monjas de clausura, Asís, 4 octubre 2013], en: L’Osservatore Romano, domingo 6 octubre, CLIII (229), p. 6.
[4] Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, (24 noviembre 2013), LEV, Ciudad del Vaticano, 2013, n. 288.

sábado, 23 de agosto de 2014

Jubileo de la Orden en Argentina

Jornadas para las comunidades

Jornada previa (opcional)

Proponemos una jornada previa a la jornada jubilar, en la que se pueda trabajar el subsidio elaborado por nuestras hermanas, las Monjas Catalinas del Monasterio de Córdoba. Dicho subsidio se puede trabajar en una jornada en comunidad. Contiene trabajos de lectura de documentos eclesiales y de la orden, guías para una reflexión y preguntas para el trabajo personal y comunitario.

 Click aquí Jornada Jubilar  


Proponemos una jornada jubilar por comunidades, en las que puedan participar laicos, frailes, hermanas y monjas. Por ello, en los lugares donde fuere posible, animamos a que se reunan en algún monasterio dominico.
La organización de la jornada quedará a criterio de quien la organice, no obstante proponemos el siguiente orden para un desarrollo compartido y unificado en todo nuestro país.
-         Comenzar la jornada con un momento de oración
-         proyección de un video animador sobre la presencia y la misión del laicado dominicano en el mundo.
-         Alguna charla de formación o motivadora sobre la vida dominica. Se pueden elegir distintos temas según las reaidades, necesidades o las posibilidades de cada lugar.
-         Merienda a la canasta para compartir (si fuera por la tarde) o un recreo (si fuera por la mañana)
-         Panel de experiencias: ¿Cómo vivimos la misión los miembros de la familia dominicana? Compartir desde el apostolado la predicación de un fraile, una hermana, una monja, un laico. El panel podría estar armado también, por diferentes miembros del laicado dominico: misioneros, cofrades, jóvenes, universitarios, voluntarios, miembros de la fraternidad, grupos de oración, matrimonios, etc.
-         Culminar el encuentro con la celebración de la misa.


 Adjuntamos el subsidio para trabajar en la jornada previa. Estaremos enviando materiales diversos o enviándolos por correo o facebook.


Muchas gracias, unidos en nuestro Padre Domingo. Equipo de animación del jubileo. (Argentina)

BUENOS AIRES: ORACIÓN ECUMÉNICA

Queridos hermanos en el Señor:

Como lo venimos realizando desde hace ya dos años, una vez más, nos hacemos eco de la propuesta que desde distintas partes del mundo y de la mayoría de nuestros pastores, brota de realizar “Jornadas de oración y sacrificio” en favor de nuestros hermanos perseguidos y martirizados a causa de la fe. En especial en estos últimos días, la Conferencia Episcopal Argentina, en su Declaración del 13/8/2014, nos decía lo siguiente:

”Las imágenes que nos llegan desde Irak por los medios de comunicación, nos hacen testigos de un drama humano al que no podemos ser indiferentes. La violenta persecución a las comunidades cristianas que se desencadenó en estas últimas semanas en el norte de ese país, presentan el doloroso rostro de un pueblo que padece a raíz de la intolerancia de un grupo con sus semejantes. Ancianos, niños y mujeres embarazadas son tratados con un rigor inhumano y ya son numerosos los muertos en ese destierro forzado.

El Papa Francisco oró por ellos diciendo: “Nuestros hermanos son perseguidos, son expulsados, deben dejar sus casas sin tener la posibilidad de llevarse nada consigo. A estas familias y a estas personas quiero expresarles mi cercanía y mi constante oración. Queridos hermanos y hermanas perseguidos, yo sé cuánto sufren, yo sé que han sido despojados de todo. ¡Estoy con ustedes en la fe en Aquel que venció el mal!” (20 de julio)”.

Sabemos que no sólo es en Irak y no son sólo los que se identifican con una religión en especial, los que persiguen, expulsan y matan, sino que es en más de 30 países de distintas religiones, o en realidad en distintas comunidades donde no se respeta aun los derechos humanos y por ende la libertad religiosa.

  Nuestra  propuesta  es  unirnos  solidaria  y  comprometidamente  con  esta  realidad  que  sufren  tantos  hermanos nuestros: 
                      “¿Un miembro sufre? Todos los demás sufren con él. (I Cor. 12, 26)”. 

Difundamos  en  todas  nuestras comunidades  esta  situación  de  los  cristianos  de  todas  las  denominaciones    y  unámonos  el  último  domingo  de agosto,  a  tantas  comunidades  en  el  mundo,  que  en  ese  día  ofrecerán  ‘oración  y  ayuno’,  no  sólo  para  que  en comunión  se  sientan  fortalecidos  los  que  son  perseguidos  y martirizados,  sino  también  como  testimonio  ante  el  mundo y especialmente ante quienes son hoy los que persiguen.

Nos ilumina e interpela la reflexión del Cardenal Roger Etchegaray: 
“Cuando se revele con toda claridad la palpitante y prodigiosa vida de los mártires de hoy, el mundo se arrodillará delante de ellos para honrarlos y cantar la gloria de Dios. Los innumerables cristianos que sufren por el nombre de Jesús, sin renombre ni gloria, expían nuestra cobarde indiferencia y nos llaman a un heroico y semejante compromiso. Una Iglesia que no recuerda a los mártires de ayer y no descubre los de hoy, no puede reivindicar el honor de ser la Iglesia de Cristo.”

Como Comisión los convocamos a unirnos, en la 

           CATEDRAL  APOSTÓLICA ARMENIA,  
SAN  GREGORIO  EL   ILUMINADOR, 
ARMENIA  1353  C.A.B.A. 
           Martes  26  de  agosto,  a  las  18,30  hs.  con representantes y fieles de distintas iglesias y comunidades cristianas, para orar juntos por esta intención común. 

                              El encuentro es abierto y todos estamos invitados. 

                                                                                                 Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso
Arquidiócesis de buenos Aires.

miércoles, 13 de agosto de 2014

25 años de ordenación sacerdotal de fr.Carlos María Izaguirre

Queridos hermanos y hermanas:

En nombre del Prior Provincial y mío propio, compartimos con ustedes que se cumplen hoy los veinticinco años de la ordenación sacerdotal de nuestro hermano Fr. Carlos María Izaguirre.

Damos gracias al Señor por todos los bienes recibidos en el ejercicio de su ministerio y le rogamos que lleve a plenitud la obra de sus manos y continúe haciendo fecunda su vida sacerdotal dominicana.

Pedimos a nuestro hermano su bendición.

Fraternalmente en Cristo

Fr. Juan Pablo Corsiglia OP
Secretario de Provincia

lunes, 23 de junio de 2014

Hnas. Dominicas de San José

En la Solemnidad del Corpus, partió a la casa del Padre la Hna. Alicia Teresa Vargas. 

Rezamos por su felicidad eterna.

miércoles, 11 de junio de 2014

OPTIC

Orden de Predicadores para la Tecnología,Internet y Comunicaciones es una red pluridisciplinaria e internacional, dedicada al estudio de los media, de la cultura digital y de su impacto en las sociedades y en los modos de vida. 

Visita de fray Eric Salobir, OP a la Argentina 



Martes 24 de junio:
     "OPTIC Day" Tucumán  "Impacto y d
esafíos de la cultura digital" | 18,30 pm 
| Sede central de la UNSTA

Miércoles 25 de junio:
     "OPTIC Day" Buenos Aires "Impacto y d
esafíos de la cultura digital" | 19,45 pm   
| Sede del CEOP 
Entrada libre y gratuita

lunes, 2 de junio de 2014

PASIÓN POR LA VIDA DOMINICANA - Adaptación de ACG Bogotá 2007

Vida Fraterna
Damos gracias a Dios por las hermanas que perseveran en fidelidad a través de las alegrías y tristezas de la vida. Ofrecemos nuestra reflexión sobre la vida fraterna para que crezca en todas nosotras la pasión por la vida dominicana y para fortalecer la vivencia auténtica de la fraternidad. Creemos que contiene los puntos esenciales para revitalizar nuestra vida dominicana como Federación y esperamos que sea un recurso para la reflexión personal, encuentros comunitarios y regionales. Nuestra oración es que Dios continúe inflamando la pasión por la vida dominicana y la misión de la predicación en cada una de las hermanas.
¿Qué cosas cambian nuestra vida?
Cuenta  nuestra tradición que en 1203 dos hombres, el obispo Diego de Osma y santo Domingo, iniciaban un viaje inesperado, a petición del rey de Castilla, para llevar a cabo un encargo sencillo que condujo también a lo inesperado. Ese viaje encendió en santo Domingo una pasión inapagable: la predicación y la fundación de la Orden de Predicadores.
En una noche de ese viaje una nueva conciencia despuntó en la mente y el corazón de Domingo. Habiendo llegado a un hospedaje para pasar la noche, Domingo entró en conversación con el hospedero que creía en la enseñanza de los albigenses y había formado su vida de acuerdo con ella. Entraron en diálogo y pasaron la noche compartiendo cada uno lo que creía y cuáles eran sus vivencias; en qué puntos coincidían y en qué diferían. Podemos imaginar cómo cada uno aprendió del otro; cómo Domingo, formado por los frutos de su contemplación, llegó a descubrir la bondad del hospedero a través de un diálogo que seguramente fue cargado de pasión porque brotaba de la firme convicción de cada uno de ellos.
158.     Al recordar este bien conocido evento sentimos el desafío de examinar y reconocer el sentido y la vitalidad de nuestra vida fraterna. Este relato recoge los elementos que son necesarios para una fecunda vida en común: compartir la fe en Cristo; contarnos nuestras historias para entendernos mejor; escucharnos; ser consciente de sí misma y ver la perspectiva de la otra; apertura al cambio.
Hay que destacar en ese relato que tanto Domingo como su hospedero fueron transformados. El hospedero volvió a la plenitud de fe en Jesucristo. Domingo nunca volvió a Osma a recomenzar su vida como canónigo regular y suprior. Al contrario, transformado por ese encuentro, se unió a una misión de predicación en la que se le conoció como el hermano Domingo. Este fue uno de los muchos eventos que cambiaron su vida; otros son: lo sucedido en Fanjeaux, la reunión de las primeras mujeres que conformaron una comunidad contemplativa, y la fundación de una Orden.
Hay señales distintivas que marcaron los orígenes de nuestra Orden. Una cosa es cierta: Santo Domingo tenía pasión por Dios, que lo llamaba a algo nuevo y desafiante. Esta pasión hizo que él tomara resueltamente una nueva orientación, junto a otras personas. Él previó que los frutos de la sagrada predicación llegarían si vivíamos gozosamente en unión de espíritus y de corazones, siempre dispuestas a ponernos en camino por el Evangelio y por nuestras hermanas y hermanos. Dios sigue llamándonos hacia la novedad y los desafíos de la vida fraterna que abrazamos con pasión y con gozo.
1. Vida común y misión: Pasión por la Colaboración
El eje de la vida dominicana y el humus del que brota es la comunidad. La tradición dominicana confirma la importancia y necesidad de la comunidad que está detrás de la misión de la predicación: En la Orden la práctica de la vida común se considera esencial para sustentar la predicación, no sólo para apoyar nuestra  vida personal. Una vida común de calidad sustenta y hace creíble la misión de la comunidad. Consideramos ahora algunos aspectos relevantes para un fecundo equilibrio entre la misión y la vida en común.
A. Pertenencia y misión
Santo Domingo experimentó en el sur de Francia, al inicio de su vida apostólica, lo difícil y poco fructífera que era la predicación realizada sin la ayuda de una comunidad. Nuestras comunidades están formadas por distintas personas, culturas, intereses, sueños y esperanzas, pero hay algo que nos hace a todas iguales: hemos sido convocadas y hemos hecho una opción por seguir a Jesucristo, según el carisma de Santo Domingo. Desde ese momento, somos una comunidad de hermanas que puede decir: “ésta es nuestra comunidad”, “ésta es nuestra Provincia” ,¨ “ésta es nuestra Vicaría” , “ésta es nuestra Delegación” y “ésta es nuestra Orden”. Nuestra identidad está en una clara pertenencia que sentimos como un don maravilloso.
La comunidad vive en función de la misión, siempre en movimiento y en la búsqueda del otro. Su razón de ser es encontrar al otro en su situación concreta, para dialogar sobre Dios y su Reino. Si pierde este ritmo, deja de ser ella misma y no será testimonial. Es necesario entonces que la comunidad, animada por  la  priora, y a través de los capítulos, se dinamice por la vida común plena y el compromiso por el anuncio del Reino de Dios.
B. Proyecto comunitario
En numerosas ocasiones nos preguntamos: “¿cómo mantener la tensión entre vida fraterna y misión?”. Un proyecto de todas, para que sea la comunidad quien predique y dé testimonio. Este proyecto, más que una programación de horarios y tareas, es un medio que potencia nuestras relaciones, la comunicación sincera y el compromiso de todas en la misión. Sigue siendo muy necesario que cada comunidad elabore y evalúe anualmente su proyecto comunitario, como cauce necesario para mejorar la vida común. Además de incluir el trabajo pastoral, la liturgia comunitaria y la organización económica, debe recoger los objetivos y medios que la comunidad se propone a sí misma para ser lugar de aprendizaje, encuentro, celebración y casa de predicación. También el proyecto comunitario debe integrar las prioridades del proyecto provincial y del Proyecto Congregacional.
C. Desafíos
A menudo las comunidades que atienden numerosos trabajos se ven confrontadas con dificultades y pueden perder el ritmo contemplativo, haciéndose difícil la convivencia. Reflejamos esto cuando decimos: “nos comunicamos con dificultad”, “la comunidad no nos es útil”, “mi comunidad es el grupo tal o cual”, “somos pocas y mayores”, “mi familia me pide atención y ayuda”, “tengo mi trabajo profesional”... También aquí la comunidad tiene que buscar respuestas, creando espacios para el encuentro con Dios y con las hermanas, tales como diálogos para el intercambio sincero de experiencias, momentos de oración para reforzar la comunión y ocasiones para estar juntas compartiendo actividades lúdicas.
En muchas ocasiones creemos que nuestra situación concreta está llena de graves dificultades y problemas. Abrir el oído y el corazón a los hermanos que viven en contextos de  guerra, violencia y falta de libertad nos ayuda a centrarnos en lo esencial y despierta nuestra solidaridad. Hemos sido llamadas a entendernos y ayudarnos como hermanas. Con seguridad, de la contemplación nacerán las fuerzas para vencer las dificultades que se presenten. En la Orden cada comunidad está llamada a ser “casa de predicación” porque se vive lo que se predica.
Vida común y fraternidad: Pasión por la Comunidad
A. Comunión y comunicación
La vida comunitaria es fruto de un proceso constante y un largo aprendizaje, para responder adecuadamente a la llamada que el Señor nos ha hecho a vivir en fraternidad. Constantemente debemos aprender a “construir comunidad”. A veces constatamos que entre nosotras hay falta de comunicación, aislamiento e individualismo preocupantes. En ocasiones no se cumplen los mínimos de diálogo comunitario sugeridos por nuestras constituciones; otras veces, aún cumpliendo la ley, no se logra la comunicación y participación de todas. Estas situaciones prolongadas dañan no sólo la calidad de la vida comunitaria, sino a las propias personas. Por ello, animamos a las comunidades, con muchas o pocas hermanas, a fomentar una comunicación de calidad entre sus miembros. Antes que nada es una cuestión antropológica que define al ser humano y que nos humaniza. La comunicación en sus distintos niveles (de ideas, de sentimientos, de fe…) crea consenso, comunión, unanimidad. Un medio imprescindible para ello son las reuniones comunitarias, en las que, superando una comunicación superficial y funcional, nos dediquemos las unas a las otras el tiempo necesario para dialogar sobre los principales asuntos que afectan a nuestra vida y misión.
Una comunicación veraz y fraterna nos ayudará a recuperar la confianza mutua en el fondo de bondad que tiene cada hermana y en la buena voluntad que a todas guía. La sagrada predicación fluye de una comunidad que es transformada cada día a través de su vida fraterna. Hay siempre la tentación de escapar de los diálogos difíciles que conciernen nuestra vida afectiva para no aceptar nuestra condición humana o nuestras debilidades. Cultivando la vida fraterna podremos superar las dificultades de comunicación entre generaciones y los riesgos del individualismo que impide integrarse en los proyectos comunes. Por otro lado, nada puede sustituir el diálogo interpersonal. Debemos estar atentos para que los nuevos medios de comunicación (correo electrónico, Internet, teléfono móvil…) no sean sustitutos de una imprescindible relación interpersonal.
Las recreaciones y las celebraciones festivas ayudan a la construcción de la fraternidad, así como el encuentro informal para realizar conjuntamente actividades culturales, paseos… y momentos de sencilla diversión y alegría compartida.
Nunca podrá reducirse lo comunitario en la vida religiosa a sus aspectos psicológicos o morales. Sólo la práctica de la virtud teologal de la caridad –que para Santo Tomás es una forma de amistad (S.Th. II-II, q.23,a.1)–nos ayudará en último término a superar divisiones y discrepancias, a mantener el interés constante por la hermana y a querer su bien de un modo comprometido.
La comunicación debe extenderse también a las Hermanas de comunidades dominicas cercanas. Cuando las hermanas que viven cerca se reúnen suele ser un tiempo favorable para el intercambio fraterno y para mayor enriquecimiento de la misión. Además, la experiencia nos enseña los enormes beneficios que tiene el esfuerzo por acoger con agrado e invitar a otros a compartir la oración, la mesa y la conversación, especialmente a otras hermanas, a la Familia Dominicana, a nuestros familiares y a aquellos que formaron parte de la Orden .Esta apertura a la Familia Dominicana nos ayuda a seguir dando pasos efectivos en la misión común compartida.
B. El don de envejecer en comunidad
El aumento de la esperanza de vida ofrece nuevas posibilidades a la vida dominicana: la hermana llega a mayor teniendo por delante unos cuantos años en los que puede aportar mucho a la vida comunitaria y a distintos apostolados. De hecho, en algunas Congregaciones ha crecido sensiblemente el número de hermanas mayores y muchas de ellas se mantienen en un buen grado de actividad en la predicación y enriquecen a la comunidad con su presencia, sus dones y sus servicios comunitarios. La presencia en las comunidades de hermanas con limitaciones por su precaria salud o sus muchos años deja bien patente que uno no vale por lo que puede hacer o no, sino por lo que es y lo que significa su presencia en la comunidad. Numerosos hermanas nos dan una gran lección con el testimonio en esta etapa de sus vidas.
El progresivo envejecimiento también va limitando las posibilidades apostólicas y de vida comunitaria. Esta situación nos enfrenta con el reto de aprender a envejecer viviendo fraternalmente en comunidad. Envejecer en comunidad es un arte, y como tal exige adiestramiento, preparación, no poco esfuerzo y disciplina, y la práctica de las correspondientes virtudes, entre las que destacan: el dejarse ayudar, no aislarse ni replegarse, esforzarse por conectar con las generaciones posteriores, mantenerse al día y mirar al futuro con esperanza.
Aunque no se puede equiparar ancianidad y enfermedad, el tiempo de vejez es un momento de debilitamiento de la salud. La aparición de nuevas enfermedades vinculadas al alargamiento de la vida debe hacernos más sensibles a la necesidad del cuidado de la salud física y psíquica, y a la responsabilidad que tenemos para ayudar a las hermanas mayores en estos procesos de debilitamiento. Cada Congregación  deberá esforzarse por encontrar los medios más adecuados a sus posibilidades para acompañar y atender convenientemente a las mayores y enfermas. En todo caso, siempre habrá que hacerles sentir que son parte de la comunidad. Desde los inicios de la Orden, la atención y el cuidado hacia los enfermos y ancianos es presentada como tarea de toda la comunidad. Humberto de Romans escribía: “no hay mayor misericordia que la que se dirige hacia los enfermos”, y que ancianos y enfermos deben ser tratados “con todo el cariño” (Opera de Vita Regulari I, 205; II, 304).
3. Vida Consagrada: Pasión por el Discipulado
A. Corresponsabilidad
Hoy se da una desconfianza global en la autoridad como se practica en muchos gobiernos e instituciones, lo cual hace difícil el ejercicio de la misma autoridad. Además, los efectos negativos del individualismo crean una tensión entre la persona y el bien común. El consenso ya no es una opción en una sociedad polarizada en la que el interés se centra en las debilidades de las personas más que en la búsqueda sincera de la verdad. Nuestra vida dominicana no está exenta de las actitudes que son comunes en nuestro propio tiempo. La meta de nuestro sistema de gobierno es alcanzar el consenso entre las hermanas. Por eso animamos a todas a renovar nuestra profesión y a examinar de qué manera nos hace conformes a Cristo.
El reto para todas nosotras es seguir el ejemplo de Santo Domingo, que se sometía a las decisiones del Capítulo General. Sólo en el aprecio y respeto a nuestra legislación encontraremos el camino hacia la santidad y la felicidad. Esta espiritualidad de las Constituciones nos llama a la responsabilidad mutua, o la corresponsabilidad. A todos se nos pueden pedir cuentas del propio funcionamiento de nuestras comunidades y de nuestra vida dominicana. Desafortunadamente, este dar cuentas se ve a menudo como una pérdida de autonomía personal, cuando de hecho es el reconocimiento de que somos mutuamente responsables de nuestra vida y de cada uno en particular.
La unidad de nuestra vida tiene su raíz en la obediencia, que es un diálogo multifacético de discernimiento en búsqueda de la cooperación entre las hermanas para bien de nuestra vida y misión. Al mismo tiempo, este voto en particular nos plantea el desafío de “superarnos a nosotros mismos en el corazón” . Aceptamos en obediencia lo que primero no queríamos aceptar. Un poco después descubrimos que tal aceptación produce gran fruto en nosotros y en bien de otros. Cuando esto sucede recuperamos el celo de nuestro primer amor  y pasión por la vida dominicana. Puesto que libremente profesamos obediencia, la verdadera prueba de que lo hicimos responsablemente la damos cuando nos piden que hagamos algo que no estaba en nuestros planes.
Es muy importante que, en el ejercicio de su cargo, la priora promueva el libre cumplimiento del deber, animando, alentando y dando fuerza a las hermanas para que vivan la vida que han abrazado al profesar.
Desde el primer inicio de nuestra formación, todas hemos sido formadas para ser las primeras responsables del crecimiento de la propia vocación en libre cooperación con la gracia. Por lo tanto, nadie tiene el derecho de dispensarse a sí misma de lo que está mandado en nuestras constituciones sin la debida consulta y el permiso de la autoridad competente. Ni cabe abusar del argumento de estar siguiendo la propia conciencia como un modo de evitar responsabilidades. El Capítulo de Providence (n. 279) nos recuerda que “nadie puede considerarse un centro autónomo de actividad y al mismo tiempo pertenecer a la Orden. Somos interdependientes por necesidad y por vocación.
B. Vida afectiva
Algunos aspectos de la cultura actual, presentes en la publicidad, las películas, los programas de televisión, etc., son contrarios al Evangelio y a la dignidad humana. El tráfico de mujeres, la pornografía infantil, y el abuso sexual corroen trágicamente un principio fundamental del Evangelio: la inherente dignidad de cada persona creada a imagen de Dios. A pesar de todo esto queremos reafirmar el hecho de que nosotras mismas amamos y somos amados. Con todo, el amor humano es limitado y encuentra su cumplimiento en un amor más alto, que es una relación con Dios. El amor que Dios nos ha tenido es la razón real de nuestro ingreso en la vida religiosa. Por consiguiente, con libertad y con gozo abrazamos el amor casto como una expresión de nuestra pasión por Dios y por las relaciones interpersonales.
Nuestras comunidades son lugares de comunión y acogida. Esto es especialmente cierto en el caso de aquellos hermanas nuestras que están pasando por cualquier clase de sufrimiento. Cada una de nosotras, durante el camino de nuestra vida, tenemos que asumir los momentos de crisis en los que requerimos compasión, comprensión y perdón, más que juicios. A este respecto todas somos iguales. Enfrentamos los mismos desafíos de búsqueda de equilibrio en nuestras relaciones interpersonales, en las que descubrimos cercanía y cultivamos la amistad, aun sabiendo que ningún ser humano podrá nunca responder a todas nuestras necesidades.  
La vida fraterna se vuelve real sólo cuando cada uno se encuentra de veras con el otro, como Domingo con su hospedero. Y aunque hay muchos temores cuando se trata de hablar de nuestra vida afectiva no deberíamos rehuir las conversaciones en las que llegamos a escucharnos, a compartir nuestra vida y a enfrentar nuestro ser humano en toda su complejidad. El conocer y comprender las historias de nuestras hermanas nos ayudará a saber cómo apoyarlos y nos hará crecer en nuestra afectividad. Esta comprensión mutua nos da la oportunidad de ser compasivas y de crear espacios en los que la hermana se sienta capaz de expresarse con verdad y libertad. Esto exige tiempo, paciencia y un interés sincero por ella.         
Como lo habremos comprobado, hay desafortunadamente circunstancias en que alguna hermana poco a poco se aparta de la comunidad sin que nadie lo note. Si alguien nos pregunta “¿dónde está tu hermana?”, ¿tenemos una respuesta? Una parte esencial de nuestro crecimiento y transformación como seres humanos es poder asumir responsabilidades unas con otras y poder responder unas por otras. Somos transformadas viviendo en fraternidad con aquellas que Dios ha reunido en un determinado tiempo y lugar. Para que esto suceda, nuestra experiencia es que necesitamos renovar nuestro sentido mutuo de confianza y confidencialidad. Compartir nuestra vida incluye hablar de los errores que cometemos y de las fronteras que hemos traspasado. Si no hay una suficiente relación entre nosotras, perdemos aquella atmósfera de confianza necesaria para animar a los hermanas en sus tiempos de dificultad y para experimentar el poder de la gracia en medio de nuestras debilidades. Proponernos esto es reconocer que somos responsables de nosotras mismas, y de las hermanas, y de las demás personas, y caminar hacia la sanación y el perdón. 
C. Compartir de bienes
Desde los comienzos de la Orden, Domingo vinculó estrechamente la credibilidad de nuestra predicación con una vida de pobreza voluntaria en la cual imitamos a los apóstoles “que sin oro, plata o dinero anunciaron el Reino de Dios”. Para él las necesidades de otros tenían precedencia sobre los libros que él requería para estudiar. Su ejemplo nos hace reconocer que el compartir de nuestros bienes con otros y entre nosotros nos libera de la acumulación de cosas que sobrecargan nuestra itinerancia apostólica.
Cuando entramos a la Congregación abandonamos todo lo que teníamos para tenerlo todo en común. A lo largo del tiempo ¿terminamos poco a poco recuperando lo que una vez dejamos? A medida que una hermana va pasando de un estadio de su formación al siguiente, o de una asignación a otra, sus bienes se van apilando. ¿No sucedió que llegamos a la Orden con una sola valija? Después necesitamos un automóvil para trasladar nuestros bienes, después una camioneta, y luego pasa que un camión no es suficiente. ¿Hasta qué punto podemos poseer más y más cosas sin escandalizar a las mismas personas de quienes dependemos? La pobreza implica desapego (dejar ir). Las que son dueñas de menos cosas pueden en verdad compartir con pasión lo que es más precioso para nosotras: el Evangelio que hemos sido llamados a anunciar (Hch 3,6).
Reconocemos que, gracias a la Providencia de Dios expresada en lo que ganamos con nuestro trabajo, tenemos más de lo que tiene en promedio una persona corriente. El contexto actual es: un mundo materialista con una cultura del provecho propio y del consumismo; un sistema económico injusto que crea enorme desigualdad; millones que padecen hambre todos los días y carecen de toda asistencia médica mientras que otros viven en abundancia; un estilo de vida que pone en peligro la suerte del planeta; nuestra respuesta frente a todo ello es: simplicidad de vida y solidaridad con los pobres. Algunas de nuestras propias familias pueden contarse entre aquellos que están en necesidad. Puesto que poseemos los bienes en común, la ayuda a la familia debería ser decidida por la comunidad o la Provincia y no por la sola hermana. ¿Cómo hallar un punto de equilibrio con respecto a las necesidades de la familia de una hermana sin llegar a que materialmente dependa de la comunidad? Si se llega a ese tipo de dependencia, ¿no habría que decir que estamos haciendo borrosos los valores del reino de Dios que proclamamos y que se supone que son lo primero que hemos de ofrecer?
Nuestras comunidades son fuentes de seguridad y son un signo de la solidaridad con otros. Todas están llamadas a aportar y compartir gozosamente los bienes de la comunidad o de la provincia que son el legado de generaciones de duro trabajo. Hay que cuidar con esmero del patrimonio común. Por ello es justo que seamos transparentes ante la comunidad con respecto a los ingresos que cada una recibe y es justo que los entreguemos libremente. Aquella que retiene ingresos para sí o que no quiere trabajar en realidad está robando a la comunidad. Además hemos de tratar con justicia a los que colaboran con nosotras, nuestros empleados y personal de servicio.
Dentro de una misma Provincia unas comunidades están en mayor necesidad que otras. En solidaridad, como comunidades y provincias hemos de interesarnos por las necesidades materiales de la Congregación y por qué pensarlo también a nivel de Congregaciones de Dominicas Federadas
4. Vida Contemplativa: Pasión por Cristo y por la Humanidad
En nuestra tradición, Santo Domingo fue un apasionado predicador y un hombre de oración. “A menudo Domingo se volvía hacia sus compañeros de camino y les decía: ‘Id adelante; meditemos en nuestro Salvador,’ mientras que él se quedaba atrás para estar a solas. Tenemos que hallar un espacio semejante para nosotras mismas. Esto importa más que la actividad apostólica.” (Damian Byrne, Carta sobre la Vida Común, I. Oración). Como Domingo necesitamos orar sin cesar, hablando con Dios o de Dios, y aprender a vivir en la presencia de Dios donde nuestra oración “fortifica nuestros lazos fraternos y fortalece a la comunidad”. En el contexto de nuestras vidas cargadas de ocupaciones y de un mundo lleno de ruido es absoluta la necesidad del silencio y de la oración. Es responsabilidad de la comunidad proveer la atmósfera, los tiempos y el lugar para la contemplación, corazón de nuestra vida entera. Somos una familia llamada a reunirse para alabar, bendecir y predicar, sin dejar el diálogo con las personas de otras religiones que estiman la vida de sincera oración.
En la contemplación somos llamadas a la conversión y la transformación del corazón. ¿En realidad me reconcilio con la hermana a la que he ofendido, antes de ir a predicar perdón a otros? En cuanto comunidad de hermanas, ¿cómo vivimos lo que predicamos? ¿Hasta dónde contemplamos las palabras que predicamos? Nuestra predicación es el testimonio acabado de la calidad de nuestra oración, que integra todos los elementos de nuestra forma de vida. El sujeto esencial de la contemplación es Jesús de Nazareth, la Palabra Encarnada” con quien hemos de tener una relación personal. Puede decirse más: la contemplación afecta nuestra predicación cuando brota de la profundidad de nuestra experiencia y del servicio a la gente de nuestro tiempo, especialmente los que sufren, los pobres y los marginados. Si esto no sucede, nuestra predicación se vuelve un “címbalo que resuena” y “una campana que tañe.”
La falta de reconciliación en nuestras comunidades es fuente de escándalo y resta credibilidad a nuestra predicación.
Conclusión
Empezamos esta reflexión con la historia de Santo Domingo y el hospedero. El lugar para que se diera este cambio de vida no fue un púlpito sino una hostería en la que hubo tiempo para un diálogo profundo y para reflexionar. Aunque haya muchos sitios para predicar, el primero de ellos, para nosotras dominicas, es la vida fraterna en la que tenemos la extraordinaria oportunidad de encontrarnos unas a otras, aceptarnos y animarnos con caridad y misericordia, de una manera capaz de cambiar nuestra vida.
Hemos reflexionado sobre ciertos hechos y acciones que ciertamente cambian lo que somos. Sin embargo, arribamos a la simple pero innegable realidad de que la cuestión fundamental no es “¿Qué cosas cambian la vida?” sino “¿QUIÉN cambia nuestra vida?”.

Preguntas orientativas para la reflexión personal, comunitaria, intercomunitaria:

1-     ¿Qué interrogantes te suscita el texto? ¿Qué cosas te llegaron más? ¿Por qué?
2-     ¿Cómo este texto te ayuda a ahondar en tu ser de mujer dominica?
3-     ¿Cómo vivir la comunión en FEDAR para que sea un signo profético y creíble en este caminar juntas hacia el jubileo de la Orden?
4-     ¿Qué pasos necesitaríamos dar en nuestra región para reencontrarnos como hermanas dominicas?
Las regiones, creemos, serían: 
ü      CUYO: La Rioja, San Juan y Mendoza
ü      LITORAL: Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe
ü      BUENOS AIRES: CABA y provincia
ü        NOA y CENTRO: o bien las 4 provincias juntas o bien El NOA sería solamente Tucumán y Salta y el CENTRO sería Santiago del Estero y Córdoba…



Las invitamos a que nos envíen el fruto de su reflexión a fe_dar@yahoo.com.ar

Les agradeceríamos mucho que las mismas nos lleguen para la fiesta de Nuestro Padre Santo Domingo.

Carta en el día de la Visitación

Buenos Aires, 31 de mayo de 2014
Fiesta de la visitación de la Virgen María

Queridas hermanas en Santo Domingo:
El Equipo de animación de FEDAR queremos hacernos presente en esta fiesta tan significativa para  nosotras Hermanas Dominicas. En efecto, el icono de la Visitación es el logo de las Hermanas Dominicas Internacionales[i], elegido porque expresa justamente lo que queremos vivir: encuentro de mujeres que se gozan en la presencia salvífica de Jesús y la irradian. La intervención de María, junto con el don del Espíritu Santo, produce como un preludio de Pentecostés, confirmando una cooperación que, habiendo empezado con la Encarnación, está destinada a manifestarse en toda la obra de la salvación divina” (Juan Pablo II,  2-X-96).
Por este motivo y haciéndonos eco de lo dialogado en el último Capítulo de FEDAR les presentamos este subsidio elaborado para que pueda ser reflexionado personalmente y dialogado en comunidad, y si es posible, por región o al menos por diálogos intercomunitarios. Sus aportes nos serán de gran utilidad a la hora de preparar el próximo encuentro nacional de FEDAR a realizarse, Dios mediante, en el 2015 y que, a su vez nos ayudará a vivir con mayor intensidad el Jubileo de la Orden.
Animamos a cada hermana a compartir informaciones, vida, eventos, de su Comunidad o Congregación (aniversarios, profesiones religiosas, fallecimientos, retiros, encuentros, etc.). Para que esto resulte más fácil estamos elaborando un catálogo con la mayor cantidad de correos de las hermanas posible.  Adjuntamos los correos de las hermanas que disponemos hasta el momento para que cuando deseen compartir algo con las demás hermanas solo tendrán que copiar y pegarlas en el destinatario de correo. Enviemos siempre correos colectivos con Copia Oculta (CCO)
A María, Nuestra Señora de la Visitación, le confiamos esta hermosa tarea de reunirnos como familia y reflexionar juntas sobre nuestra identidad de mujeres consagradas, dominicas y predicadoras de la gracia.
Fraternalmente
Hnas Cristina, Lorena y  Rosana OP




[i] DSI (Hermanas Dominicas Internacionales) es un movimiento internacional de Hermanas dominicas que busca crear lazos entre todas las Hermanas Dominicas de Vida Apostólica en el mundo, para el bien de la misión de la Orden. Está compuesta por 153 Congregaciones 25.400 Hermanas Dominicas en 111 Países. Si querés saber mas visitá la Página web de DSI:

domingo, 11 de mayo de 2014

VOCACIONES

El Papa Francisco nos dice en su mensaje para la 51° Jornada de Oración por las vocaciones:

A vosotros obispos, sacerdotes, religiosos, comunidades y familias cristianas os pido que orientéis la pastoral vocacional en esta dirección, acompañando a los jóvenes por itinerarios de santidad que, al ser personales, «exigen una auténtica pedagogía de la santidad, capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona. Esta pedagogía debe integrar las riquezas de la propuesta dirigida a todos con las formas tradicionales de ayuda personal y de grupo, y con las formas más recientes ofrecidas en las asociaciones y en los movimientos reconocidos por la Iglesia» (Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte31). 

La Santidad, nuestra vida en fidelidad, es la mejor pastoral vocacional. Que el Señor nos bendiga con generosas vocaciones.

HNAS. DE STA. CATALINA DE SIENA

El pasado 09 de mayo en la Comunidad de Mar del Plata falleció Hna Hortensia Rivero, sanjuanina.

Vivió en San Juan, Mendoza, Bs As, Montevideo.

Nuestra oración de gratitud por el don de su vida entregada en la Orden.

lunes, 24 de marzo de 2014

CAPÍTULO ELECTIVO DE FEDAR 2014

PRIORIDADES TRABAJADAS



Prioridad I: Ahondar y animar nuestro ser de mujeres dominicas, predicadoras de la gracia, desde la comunión, signo profético y creíble en este camino hacia el jubileo.

Acciones: -elaboración de un subsidio interdisciplinario para la reflexión comunitaria y en lo posible, encuentros regionales, buscando referentes en cada lugar.
                  -encuentro Nacional de FEDAR.

Prioridad II: Animar un compromiso y una participación más plena en FEDAR y en Familia Dominicana y promover las iniciativas y acciones propuestas para la celebración jubilar.
Acciones: - hacer un directorio y un grupo de correo electrónico con la mayor cantidad de hermanas posible.
-                                           - que en las reuniones de FEDAR se trate un tema específico no sólo referido a lo práctico sino a problemas actuales que las congregaciones presenten, previo acuerdo establecido.
                                   -socializar desde FEDAR actividades como retiros, encuentros, etc. 

NUEVO EQUIPO DE ANIMACIÓN


·        Presidente: Hna Cristina Lenscak, Dominica de la Anunciata.
·        Vice presidente: Hna Lorena Carribale, Dominica de Santa Catalina de Siena.
·        Secretaria: Hna Rosana Arnaldi, Dominica de San José.